sábado, 27 de septiembre de 2014

Siempre y un día más

Estudio un intensivo curso sobre tu sonrisa,
y como dibujarla y evitar las malas caras.
Que todo sea de color de rosa
con altos y bajos, con llantos y enfados
pero siempre siendo nuestros.

El amor derriba muros, nos mete en apuros,
hace que todo cambie cuando estamos juntos.
 Oigo voces que me dicen que me estás volviendo loco,
y yo contesto: "bendita locura, si tu eres la causa"
Yo quiero tu boca, tu pelo, tus ojos...
quiero todo, contigo, mi musa.

Quiero que seas mi película, el triunfo en mi vida
 un grito, una carcajada, un sentimiento
 que se abalanza a horcajadas hacia mi corazón,
 mal herido por cada batalla que perdió
pero esto no acaba, lo nuestro es eterno,
la bonita eternidad de tus huesos.

Siempre y un día más, estaré para abrigarte
siempre y un día más, que tú me dejes,
siempre que quieras dejarte
aquí está el esclavo de tus besos.

 

 

 

domingo, 21 de septiembre de 2014

Existencialismos (I)

Si la mentira tiene las patas tan cortas
¿Por qué es la llave del éxito?
¿Será la puerta del éxito tamaño niño de 6 años?


Dios no ve nada, no existe.

Mi culo de mal asiento
me hace planear miles de fugas
en situaciones donde se prohiben las dudas.
El poder de tu encantamiento
disminuye con tus fríos besos,
y si estos versos ocultan que te miento
es porque no tengo valor de decirte...
"Oye, ya no te quiero" 

El demonio tienta al pobre humano
que lleno de errores y temores deja en tu mano su destino.
Y solo tu calor y tú podéis evitar una inevitable caída al vacío.
Grita, pues es una acción imparable y el miedo surge
pero al final el grito acaba siendo una rutina
pues el corazón de este ser que está cayendo en la nada
se encuentra lleno de eso, de nada.

El Dios bondadoso ve eso, o mejor dicho, no ve nada, pues no existe.
La bondad, no se compra con dinero, y si no se paga,
a nadie le interesa usarla.
Y la maldad hace su Agosto cada día, y el demonio hace de ella patrimonio.
Porque el Ángel Caído si que vive en cada uno de nosotros
y disfruta de su orgulloso matrimonio con el Infierno Terrenal
que nosotros llamamos hogar.
 

Contradictorio.
                               Como la vida misma.
 

sábado, 6 de septiembre de 2014

"El que se fue a Sevilla..."

Hace tiempo que no escribía sin una idea fija. Me explico: últimamente escribo guiones o artículos sobre fútbol (y próximamente otra vez críticas) pero ya no escribo cosas en este blog, el que más me ha durado, todo sea dicho. Hoy me he propuesto escribir sin una idea fija, pero mientras escribía estas primeras cuatro líneas he tenido una idea. Quejarme. Quejarme de los ataques indiscriminados de Israel a Palestina. Quejarme porque nadie interviene. Prefieren mantener relaciones diplomáticas antes que evitar un genocidio. Y es curioso que los precursores de este genocidio sean los mismos que años atrás sufrieron otro. Ambos son crímenes imperdonables, pero no comprendo, aún menos si cabe, que un pueblo sometido durante tantos años como el judío no comprenda el daño y el dolor que causa en cientos de miles de personas.
Me arde el cuerpo solo de pensar que por cada cien civiles muertos en Palestina, mueren uno o dos soldados israelís. Porque no debería morir nadie. No es justo. Pero mucho menos los civiles. Aquellas personas que rodeados de soldados, milicias y guerras diversas luchan por vivir, lo más tranquilas posibles, y un día, sin comerlo ni beberlo, terminan con su vida.
Los ejércitos se supone que luchan por la paz mundial, pero en este caso, en el caso de Israel estamos viendo un ejército que destruye cualquier atisbo de paz.
Yo admiro profundamente el orgullo palestino, y también el luchar por un territorio que es tuyo, pero sé, que por desgracia, cada día que continúe este conflicto son menos las posibilidades del pueblo palestino de evitar la aniquilación.
Al fin y al cabo, esto es como el refrán: "El que se fue a Sevilla, perdió su silla..."